Los Amados, más amados que nunca en La Plata

El último viernes, Los Amados se presentaron por primera vez en el Teatro Metro de la capital bonaerense. Lo hicieron con su espectáculo «Ardientes, Gardel y Le Pera a ritmo tropical», frente a una nutrida y efusiva concurrencia.
Durante una hora y cuarenta minutos, homenajearon a esta dupla artística, desplegando las más reconocidas piezas de su repertorio: Cuesta Abajo, Caminito soleado, Sol tropical, Amores de estudiante, Mi Buenos Aires querido o Por una cabeza, entre otros. Los clásicos temas, renovados y transformados con exquisita habilidad a ritmos como candombe, boleros y sones, fueron recibidos con entusiasmo por el público que, por ejemplo, se animó a bailar «Por tus ojos negros», versión cumbia.
El espectáculo es una perfecta combinación entre la identidad de la banda, que celebra 35 años de existencia, y los esbozos de tropicalidad que aparecían en las películas protagonizadas por Gardel y guionadas por Le Pera.
El humor y el componente teatral de la propuesta de Los Amados, presentes desde el primer y hasta el último minuto, no impidieron el lucimiento de la excelencia musical de toda la banda y de sus vocalistas, Alejandro Viola (Alejo «El chino» Amado) y Paulina Torres (Insolación del Campo).
Por otra parte, la estética siempre cumple un rol fundamental para este grupo, y esta ocasión no fue la excepción. Cuando a las 21.40 se corrió el telón del Teatro Metro, los y las platenses comenzaron a ver un vestuario con la clásica impronta kitsch-tropical de Los Amados, pero con la incorporación de mucho fileteado porteño (autoría de Diego Prenollio, el vestuarista), otros elementos de la simbología argentina (por ejemplo, el hornero, el ave nacional) y una evocación a los trajes del zorzal criollo.
Toda la noche estuvo atravesada por la complicidad entre el Chino y su público, que no sólo lo ovacionó al finalizar cada interpretación y que rio ante cada chiste, sino que también participó activamente y con notoria predisposición ante sus interpelaciones, colectivas o individuales. Sobre el final, todas las butacas estuvieron de más, para un público que eligió despedirse de sus artistas a puro baile y alegría.

Texto: Lucía Fernández Méndez

Fotos: Diego Nucera

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