El nuevo álbum las tiene por primera vez en formato dueto y recorre un repertorio surgido de manera espontánea, luego de un encuentro casual entre ambas. Interpretan tangos y canciones de raíz folklórica y concluyen con una versión muy especial del clásico de Leo Dan “Libre, solterito y sin nadie”. Lo grabaron en una sesión que duró apenas 8 horas y lo hicieron “de forma cruda y sin separación sonora”.
Por Federico “Poni” Rossi
“Un encuentro casual hizo que el destino marcara un camino inesperado en las dos”, destacan Luciana Jury y Milagros Caliva sobre la génesis de Material Urgente, su nuevo álbum, el primero que las encuentra a ambas como dueto. “El duelar un amor nos encontró” continuó Milagros, a lo que Luciana agrega “es urgente retratar un llanto”, y concluye “dejar la marca, una manera de amar que duele mucho cuando se depositan todas las ilusiones en el ser amado, porque es urgente contar cómo hiere el derrumbe de esa nube en la que nos montamos a veces en las practicas del amor romántico”. Así es como Luciana y Milagros prologan para Revista MuLA su nuevo trabajo fonográfico que presentarán su álbum los días 6 y 7 de julio a las 20:30 en el CAFF (Sánchez de Bustamante 772), de la ciudad de Buenos Aires. Luego seguirán la gira por Rosario (Sala Lavardén, 28/7) y Córdoba (C. C. Graciela Carena, 29/7).
Los conciertos retratarán lo que ocurrió en aquel encuentro casual, que luego se trasladó al estudio donde se sumó Pampi Torre para colaborar en la producción. “El cruce fue apasionado, esto incrementó las potencias y fue imperioso crear entre las dos este nuevo cuerpo sonoro” concluyeron.
–¿Cómo fue el encuentro entre ambas?, y ¿cómo surge la idea de entrar juntas a un estudio?
Milagros Caliva – El encuentro con Lu fue bastante casual o casual o quizás una causalidad. El duelar un amor nos encontró. Todo ese proceso fue acompañado por la necesidad de encontrar la calma en la música. Y así fue.
Luciana Jury -Después de la mini convivencia en casa con Mili le propuse si quería acompañarme a una gira que tenía prevista por Córdoba y me dijo que sí. La gira y la experiencia de tocar juntas fue mágica y feliz, entonces, al volver a Buenos Aires, decidí sin más y de forma urgente encerrarnos un día en un estudio a grabar. Así fue que en cuestión de 8 horas, de forma cruda y sin separación sonora dejamos sellado lo que habíamos amasado juntas en todos estos encuentros.
–¿Cómo surgió ese repertorio?
M. C. – Se fue dando. Nada premeditado. Lu iba proponiendo y sin querer me di cuenta que hablaba de todo lo que me estaba sucediendo, el paisaje, el sentimiento, todo lo que me había pasado muy recientemente en aquel entonces.
L. J. -Después de esa convivencia de unos cuantos días, de mucha charla, se fue armando un dialogo de charla y canciones. Ella me contaba su vida y yo le tiraba las canciones que se me iban apareciendo a modo de respuesta. El repertorio fue en parte un extracto de muchas canciones de desamor que tenía en mi cancionero; algunas que he grabado en anteriores discos, otras canciones donde la convoco a Milagros a la danza exorcizante de dos chacareras que iba a grabar en mi próximo disco solista y las entregué para este proyecto: «Negra chacarera» y «La mandinga». También en el disco hay un tango, «Sur», que nos sedujo hacer; a Milagros por que le trae recuerdos personales y a mí porque sencillamente, al tener la posibilidad de tocar con ella, no hacer un tango en este disco me parecía un pecado por así decirlo.
–A la hora de pensar que esa grabación podía ser un disco se sumó Pampi Torre para colaborar en la producción ¿Cómo fue ese trabajo juntas?
L. J. -Milagros me trajo no solamente un «recordar» (pasar por mi memoria) el dolor del desamor que ya no quiero volver a vivir nunca más. También me devolvió una fuerza en el canto y una manera de interpretar que hacía tiempo no vivía. La suma de Pampi, mi querida hermana, termina de completar el círculo del amor en tanto abrazó el proyecto ya no solo como música sino también como productora y fue una de las mejores cosas que me pasó en este último tiempo. Hace rato que quería tenerla de ladera musical, como gestora cultural y productora artística.
M. C. – Trabajar con ambas fue una experiencia hermosa. Contención, amor y escucha permanente. Todo lo que está bien.
–La voz y el bandoneón producen un permanente diálogo en este “Material Urgente”, una simbiosis casi perfecta ¿cómo lo explican?
M. C. -La música también es un diálogo y es súper necesario aprender a escuchar para saber que decir (o qué tocar). Creo que estábamos muy recargadas de emociones y pudimos encontrarnos en cada interpretación. Aguantando los silencios, los tiempos de espera y conectándonos en los momentos donde explota todo.
–Uno de los cortes de difusión es el clásico de Leo Dan y Dino Ramos, “Libre, solterito y sin dueño”, que cierra el álbum y al cuál ustedes reversionaron ¿Qué ocurrió con esa canción?
L. J. -Sencillamente lesbianizamos el suceso de la canción pero además, en la grabación, tuve un fallido positivísimo que hace darle una vuelta de rosca a la canción original: ya no es un pedido un tanto desesperado por estar con alguien más. La que propone el encuentro le aclara a la otra que no tiene apuro y que anda con suerte. Quiere estar acompañada pero no se apura, se toma su tiempo y anda de buenas.
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